Estás loco, pero a mí: me encantan tus palabras.
¡Qué absurdos los dos!,
lo sabía, en algún momento me ibas a aburrir.
¡Qué absurdas son siempre las circunstancias!,
nunca nadie está de acuerdo con lo que sucede.
Yo sugiero que conversemos de nuevo, aunque ninguno cumpla estos acuerdos.
Estás loco… y me gusta.
No entiendo y si pudiera entender, pues ya no parecerías tan ridículo como eres, como justo ahora.
Estoy loca también, ¿Cómo es que esto sucede de nuevo?, que absurdo..
Ojalá dejaras de justificarte o convencerte de que no existimos. Ya paso, tranquilo.
Ya no va a pasar nada más hagamos caso a nuestras palabras.